¿Qué podemos aprender sobre los niños atrapados en la cueva en Tailandia?

Frecuentemente las charlas o capacitaciones que brindamos empieza con la frase: «Los accidentes pueden ocurrir en cualquier momento y en cualquier lugar». En los últimos días hemos seguido con expectativa la emergencia suscitada en Tailandia, cuando 12 niños y un adulto quedaron atrapados al interior de una cueva, y bueno, muchos nos hemos preguntado «¿Por qué ingresaron a la cueva? ¿Sabían de los riesgos existentes?».

Cometer actos inseguros aumenta la probabilidad de que tarde o temprano nos suceda alguna situación emergente, en este caso, el entrenador (como cabeza de grupo) ignoró un elemento por demás indispensable ante situaciones peligrosas: la señalización. Al ingreso de la cueva se especifica que no se debería ingresar en época de Monzón (temporada de lluvias), que al norte de Tailandia se presenta entre Mayo y Octubre aproximadamente. El exceso de confianza suele llevarnos a realizar actos inseguros.

Según relatos periodísticos, se asume que al ingresar a las cuevas, como excursión luego de su entrenamiento, las personas ya no pudieron salir porque empezó a llover y poco a poco tuvieron que seguir ingresando para evitar el agua. Una situación emergente se puede volver cada vez más peligrosa por factores adicionales, en este caso, los niños no sabían nadar y los padres de familia no sabían dónde iban a estar sus hijos.

Una vez materializada la emergencia, ha sido necesaria la intervención de varios profesionales a nivel internacional para su rescate, en donde se pudo evidenciar el establecimiento de centro de operaciones, presencia de cuerdas guías, linternas, varios tanques de oxígeno, bombas de agua, entre otros elementos, además, por más planificación que exista, siempre pueden quedar cabos sueltos y originarse errores, como fue el fallecimiento lamentable de uno de los buzos rescatistas, errores de los cuales se debe aprender y hacer una retroalimentación para minimizar la probabilidad de ocurrencia. Además, poder controlar una emergencia implica una inversión considerable de recursos económicos y humanos.

Este suceso que terminó con felicidad por el rescate de los 12 niños y el entrenador de fútbol, nos deja como lección de que para evitar situaciones emergentes debemos saber respetar normas y señales de seguridad, evitar el exceso de confianza o minimizar las consecuencias y que la planificación de actividades y la identificación de errores a tiempo es imprescindible para lograr los objetivos propuestos.

Mayor información lo puede encontrar en los diarios como Infobae de Argentina, El País de España o la BBC de Reino Unido.

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Por Francisco Sánchez