En la actualidad es común escuchar el término teletrabajo ya que se ha vuelto famoso desde que surgió la necesidad de aplicarlo cuando inició la pandemia de COVID-19. El teletrabajo se define como el uso de tecnologías de la información y las comunicaciones como teléfonos inteligentes, tabletas, computadoras portátiles y de escritorio para trabajar fuera de las instalaciones del empleador (Eurofound y OIT, 2019).
Partiendo de este término, podemos decir que tiene sus ventajas y desventajas, una de estas últimas es la doble presencia, la cual es el hecho de que recaigan sobre una misma persona la necesidad de responder a las demandas domésticas y a la vez demandas del trabajo, la doble presencia puede ser considerada un factor de riesgo que puede desencadenar en un riego psicosocial. Un claro ejemplo de doble presencia está en el trabajo doméstico que muchas veces está destinado a la mujer a más de realizar la jornada de actividades laborales diaria normal de 8 horas al finalizar esta la mujer sigue realizando actividad física y mental al iniciar la actividad doméstica y ahora con el teletrabajo esta doble presencia se ha intensificado ya que la persona se encuentra realizando actividades constantemente en casa.
Un estudio sobre doble presencia en la facultad de ciencias de la educación de la universidad de Granada (España) arrojó resultados y tendencias en las cuales los participantes expuestos a este riesgo concluyen lo siguiente:
Algunas personas quieren mejorar la situación únicamente por su cuenta cuando otros buscan apoyo por parte de otros miembros de la familia.
Un primer grupo de personas proponen como medidas de control sobre la Doble Presencia, lo siguiente:
- «Evitar tener que llevar el trabajo a casa»
- «Planificar mejor el día»
- «Mejorar organización de su tiempo»
- «Dividir su atención según la tarea que está realizando»
- «Realizar las tareas del hogar según la importancia y prioridad que tenga no dándole tanta importancia a las tareas menores»
Estas personas no piden ayuda por parte de otras personas. No están acostumbradas de compartir las tareas del hogar y no quieren (o no pueden) cambiarlo.
La segunda parte de los encuestados admite la necesidad de apoyo de otras personas para mejorar su situación:
- «Distribución de tareas domésticas con el resto de los miembros de la unidad familiar»
- «Rotación de tareas en casa»
- «Empleados domésticos para la ayuda en el hogar con las tareas»
- «Dividir las responsabilidades con su marido»
- «Buscar a alguna persona de confianza que pudiera ayudarla con las tareas del hogar»
Las personas que pertenecen a cada uno de estos grupos perciben su problema en la manera diferente, por lo tanto, requieren una intervención diferente por parte de la psicóloga.
Luego de ver las diferentes opiniones sobre los encuestados en el estudio nos damos cuenta de que la doble presencia es un peligro latente que no todos lo apreciamos hasta que las consecuencias se van dando, es por esto que los riesgos psicosociales en el trabajo deben estar bien identificados en una empresa para tomar cartas en el asunto para realizar prevención y tener a un trabajador saludable física y mentalmente.
Finalmente, vale recordar que en el Ecuador es de obligatorio cumplimiento la evaluación de riesgos psicosociales en toda organización de más de 10 trabajadores, acorde al Acuerdo Ministerial MDT-2017-082.
Si no estas seguro de si tu o alguno de tus trabajadores se encuentra expuesto a este riegos durante el teletrabajo no dudes en contactarnos, como Asprec podemos visitarte y asesorarte.
Mayor información: info@asprec.com.ec
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